Mindfulness
Cuando hablamos de conciencia y atención plena en el aquí y ahora, nuestros amigos los perros serían el Mindfulness por excelencia.
Cuando hablamos de conciencia y atención plena en el aquí y ahora, nuestros amigos los perros serían el Mindfulness por excelencia. Nuestra gran ventaja respecto a ellos es que podemos proyectar nuestra mente hacia adelante, podemos proyectar hacia el futuro, podemos planificar.
Planificar es bueno. Planificar nos permite, en primera instancia, visualizar aquello que queremos, aquello que deseamos y posteriormente llevarlo a la práctica. Los perros no pueden proyectar hacia el futuro.
En verano antes de salir en bicicleta con mis perros, siempre e ingenuamente les incito a beber: “bebed que la etapa será dura”. Es inútil. El perro no es capaz de anticipar que a los pocos minutos de correr estará sediento. Aunque la misma situación la hayamos revivido infinidad de veces, el perro no beberá. El perro bebe cuando tiene sed. Para apagar su sed.
La gran ventaja del Mindfulness canino respecto al razonamiento humano es que para ellos no existe el futuro. Su mente siempre está presente. Viven el presente condicionados por experiencias del pasado pero se ahorran la complejidad cognitiva humana. Esa complejidad que el ser humano intenta simplificar, vaciar a través de prácticas como el ioga o el Mindfulness.