Perros y verbena
Minimizando miedos y ansiedad
El grado de sensibilidad auditiva de nuestros perros, tanto en frecuencia (ondas) como en intensidad/potencia (decibelios), es considerablemente superior al de los humanos.
Teniendo esto presente no es de extrañar los episodios de pánico y ansiedad que sufren los perros cuando nos acercamos a festividades donde la pirotecnia y sonoridad de los fuegos artificiales ocupan el lugar predominante de la celebración.
En función de la situación cognitiva de nuestro perro aconsejaría:
1- Perro que previamente ha sido educado/entrenado y está plenamente integrado en sociedad, en nuestra cotidianidad:
El día previo u horas previas, pongamos por ejemplo la verbena de San Juan, nos acercaremos a lugares emisores de petardos: los típicos niños que ya están tiran do los primeros petardos en la calle. Lo haremos jugando con nuestro perro, utilizando cualquier objeto contrastadamente motivador (pelota, cuerda, etc…).
No nos acercaremos a más de unos 150 m. de distancia desde donde procede el ruido emisor. El perro, en alta probabilidad, se concentrará en jugar con nosotros sin prácticamente inmutarse por el ruido de los petardos. Si el ejercicio funciona, podemos acercarnos un poco más: hasta 100 m. sin dejar de jugar con el perro. Este tipo de terapia de exposición se denomina: desensibilización sistemática.
Llegado el momento de la verbena, cuando comience el festival pirotécnico y de sonido, al mostrar al perro la misma pelota, cuerda, etc… obtendremos su atención prescindiendo del ruido de los fuegos artificiales. Los ruidos dejarán de ser relevantes porque tendremos a nuestro perro focalizando toda su atención en la pelota, cuerda, etc…podemos interactuar un poco con el perro o simplemente dejarle los objetos de juego a su alcance en caso de que tengamos que ausentarnos de nuestra vivienda.
2- Cachorros:
Repetiremos lo mismo que en el punto 1- pero en lugar de objetos llevaremos comida altamente motivadora. Tres minutos de exposición a los petardos es más que suficiente a la vez que estamos premiando con comida a nuestro cachorro.
Si el ejercicio funciona, esperaremos que empiece la verbena (ruido) para dar esta misma comida/premio a nuestro cachorro y tenerlo distraído.
3- Perro con un historial de pánico hacia los petardos y fuegos artificiales:
Tanto si se queda solo en casa como si está acompañado por nosotros, lo importante es hacer exactamente lo mismo que haríamos cualquier otro día. No le diremos nada que pueda aumentar su angustia/pánico.
Si nos quedamos en casa quizá busque protección a través nuestro (algún tipo de contacto corporal). Lo acogeremos sin decirle nada: nos mostraremos emocionalmente neutros a la vez que le facilitaremos absoluta libertad para escoger dónde situarse en el interior de la casa. Si debemos ausentarnos bajaremos las persianas de casa y le dejaremos todos sus juguetes así como agua a su entera disposición. Permanecerá en el interior de nuestra casa con una sensación térmica de frescura y con la posibilidad de elegir refugiarse en algún sitio (quizás el más oscuro) de nuestra vivienda acompañado por algún tipo de música relajante.
En cualquiera de los tres casos, el haber ejercitado el perro previamente durante el día contribuirá a un mejor descanso.